HOJA DE FEBRERO DE LA BIBLIOTECA
¡CARNAVAL, CARNAVAL!
Por
tradición, el carnaval es la época justo antes de la Cuaresma para
celebrar la diversión en forma de procesiones, baile y comidas. Durante la
semana del carnaval, las procesiones de carrozas decoradas por las calles, los
desfiles de disfraces y los festines marcan, en general, esta popular
celebración.
La palabra "carnaval" proviene según la Real Academia Española, del
italiano ‘carnevale’ y este de la palabra latina ‘carnem levare’ (‘carne’ que
significa carne y el verbo ‘levare’ que significa quitar, por lo que
literalmente se puede traducir como “quitarse la carne” o “despedirse de la carne”.
Lo cierto es que, aunque es una tradición típica de países cristianos por
excelencia, se ha extendido a casi todo el mundo y con gran éxito de afluencia,
como los maravillosos carnavales de Río de Janeiro (Brasil) o el de Santa Cruz
de Tenerife (España).
Aunque el primer día de la temporada de carnaval varía
de un país a otro, la costumbre de
consumir carne y grasas en el hogar antes de la Cuaresma, parece ser
común. Aquí en España es el jueves lardero o jueves gordo.
El calendario
de carnaval está estrechamente relacionado con las festividades religiosas, como la mayoría de
las fiestas españolas, pero también tiene sus raíces en los tiempos clásicos. La celebración
comienza la semana anterior al Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la
Cuaresma y que representaba una oportunidad perfecta para satisfacer todos los
impulsos antes de que comenzara la abstinencia de Cuaresma (período de 40
días).
Hay otras teorías que trasladan la idea general del carnaval a
la antigua
Grecia y Roma. Concretamente
a la Saturnalia, cuando los
maestros servían la cena a sus esclavos y el orden social se invertía. En estos
días, los excesos, la indulgencia y el libertinaje con las bacanales,
celebraciones en honor a Baco, el dios romano del vino y el teatro, o la
Lupercalia, la feria pastoral de primavera para el dios griego y el músico Pan,
eran lo habitual.
El carnaval de Venecia también fue una gran influencia. Hemos de remontarnos al siglo XVI, cuando los comerciantes traían
historias de las celebraciones decadentes en las ciudades portuarias italianas
de Venecia y Génova. Los cuentos sobre disfraces y fiestas extravagantes,
música y baile inspiraron a Cádiz, que quería competir con sus vecinos
mediterráneos. Los trajes son menos vistosos que los de Venecia o Brasil, pero
se hace mucho más hincapié en el ingenio y la inteligencia.
En Montánchez, los Carnavales han sobrevivido a guerras, prohibiciones y
estrecheces.
También sobrevivirá a la pandemia que sufrimos en este momento. ¡Arriba los
ánimos!
En el Libro
de buen amor, escrito en 1330 por Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, se explica
de manera simbólica la historia del carnaval, la historia de Don Carnal y Doña
Cuaresma.
Don
Carnal, hombre mundano y amante de los placeres, es retado por doña Cuaresma a
mantener una batalla que tendrá lugar al cabo de una semana; justo el Miércoles
de Ceniza. Una vez cumplido el plazo, don Carnal y su ejército (bueyes,
cerdos, gallinas, becerros y cabras) se enfrentan en campo abierto a doña
Cuaresma y su legión (vegetales y mariscos).
Tras un
día de batalla, ambos contrincantes deciden retirarse a sus tiendas para
descansar. Don Carnal aprovecha para realizar un impresionante banquete que le
hace caer en un sueño muy pesado. Ante esta situación, Doña Cuaresma no pierde
un segundo y hace preso a su enemigo ganando así la batalla.
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