Mural de la biblioteca, abril.
Abril, el mes florido, el mes
lluvioso, quién no conoce el refrán: “en abril, aguas mil”. Este dicho popular
se ha repetido por varias generaciones y es tan conocido, que también el poeta Antonio Machado lo incorporó en su obra Campos de Castilla.
Son de abril las aguas mil.
Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
Agua y sol. El iris brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
Pero para nuestra biblioteca, este
abril ha traído una variante del refrán: “en
abril, libros mil”.
Abril es el mes del libro, ¿alguna
vez te has preguntado cuándo y cómo fueron los comienzos de los libros? Te
sorprenderá saber que desde la prehistoria han existido, en esta época, la
madera y la piedra fueron los soportes de los “casi primeros libros”. Las
palabras “Biblos” y “liber” se definen como corteza interior de un árbol.
También se han utilizado los caparazones de las tortugas, el papiro, tablillas
de arcilla, láminas de bambú, hojas de palma, seda, escamas, tatuajes… hasta
llegar al pergamino y más tarde al códice, con él, el libro ya no era un rollo
continuo, sino un conjunto de hojas cosidas en forma rectangular. Y de ahí, a
Gutenberg, que fue el inventor de la imprenta de tipos móviles moderna.
Es muy interesante leer el origen del día del libro, cómo se pusieron de acuerdo tantos países para dedicar un día concreto al libro, el código QR que hay en las hojas y el siguiente enlace (https://www.diadellibro.eu/) te llevarán a la cronología del nacimiento de este día y los nombres que lo hicieron posible, como el de Vicente Clavel. Es en 1995 cuando el 23 de abril se convierte en una fiesta mundial y se proclama como “Día del Libro y del Derecho de Autor” por la UNESCO.
Este año, nuestra semana cultural
coincidirá con la semana del libro, en la biblioteca encontraréis pequeños
libros en inglés hechos por el alumnado de la ESO.
Cuando llueve, nos protegemos de
la lluvia con paraguas, ¿no? Pues, os invito a llenar el mural de la biblioteca
con paraguas llenos de títulos de libros; recomendarte un buen libro es uno de
los mejores consejos que te pueden dar, puede cambiar tu vida, o ¿nunca ha
habido un libro que te haya hecho preguntarte algo que nunca se te había
ocurrido, o que cambie tu perspectiva sobre un tema? Seguro que sí,
recomiéndanoslo. En conserjería y en la
biblioteca encontrarás pequeños paraguas para apuntar qué libro recomendarías,
lo recortas y lo decoras si quieres y lo llevas al mural de la biblioteca. A
llenar de “libroparaguas” la biblioteca, leer mientras llueve es uno de los
grandes placeres de la vida.
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