martes, 6 de diciembre de 2022

Ganadores y ganadoras del concurso de microrrelatos

 Buenas tardes, antes de anunciar a los/as ganadores/as del concurso de microrrelatos, quería dar las gracias a la acogida que ha tenido el concurso, quizás no ha sido tan grande como nos hubiera gustado pero ha sido muy entretenida, creativa y nos ha hecho pasar tanto al jurado como a mí unos ratos maravillosamente terroríficos. 

El jurado ha estado formado por personal docente y no docente, he procurado que hubiera representantes de varios departamentos. A continuación detallo los miembros del jurado por orden alfabético:

- Antonio Canchado - Profesor de Francés

- Mª del Carmen Cuéllar - Profesora de Inglés

- Helena Cuenca - Profesora de Artes Plásticas

- Fátima Fernandez - Profesora de Biología

- David Fuentes - Profesor de Matemáticas

- Ruth García - Profesora de Matemáticas

- María Marcelino - Educadora Social

- Lola Rubio - Profesora de Lengua Castellana y Literatura

- Noemí Ruíz - Profesora de Filosofía

- Ana Senso - Profesora de Psicología y miembro del Equipo Directivo

- Amelia Valle - Profesora de Inglés y coordinadora de la Biblioteca

- Inés Vinagre - Conserje

Ha sido difícil elegir los ganadores, muchas de las historias estaban relatadas de un modo muy hábil y conseguían transmitir al lector la angustia y el malestar que pretendían. Hemos tenido en cuenta la originalidad, creatividad, la relación con el tema, la manera de redactar y la ortografía. Voy a anunciar los relatos ganadores y los dos finalistas. Los relatos ganadores tendrán su premio, se entregará el jueves 22, junto con otros premios de diferentes concursos que ha habido. Además, los relatos serán leídos en RadioEdu. 

Categoría júnior

Microrrelato ganador - Pablo Flores Galán - 3º ESO B

Microrrelato finalista - Paula Mulas Rossinyol - 1º ESO B

Categoría sénior

Microrrelato ganador - Puri Galán Galán - Madre de un alumno del centro.

Microrrelato finalista - Alberto Pitarch Alonso - Administrativo del centro.

Enhorabuena a todos y todas, muchísimas gracias por participar, a continuación os dejo con los relatos.

 Relato ganador júnior

                                   ELLA 

10 de la noche. Hay una gran tormenta en el barrio de Malasaña. Carlos sale de su trabajo y tiene que volver a su piso.

 A mitad de camino, se para para ver una extraña muñeca que hay tirada en medio de la calle. Está sucia y empapada. Piensa que podría regalársela a su hija, aunque ahora está con su madre, volverá al día siguiente. Así que la coge y continúa su camino en medio de la tormenta. 

Llega a su casa lleno de agua y deja la muñeca encima de la mesa de la cocina. Se va a la cama para descansar. 

De repente, se despierta: alguien ha llamado a la puerta. Son las 3:30 de la madrugada. Va hacia la puerta un poco confuso. Al asomarse por la mirilla observa que no hay nadie, pero ve una muñeca en el suelo igual a la que cogió. Corriendo va a la cocina, no está donde la dejó. Abre la puerta, y la muñeca ya no está. La casa del vecino está abierta y de su interior sale una melodía como de una caja de música. De repente, oye gritos de horror, Carlos entra muy asustado y queda aterrorizado. Ve al matrimonio, ambos muertos en el suelo, y al lado de ellos, esa muñeca. 

Vuelve corriendo a su cama y piensa que no puede ser real. De repente, escucha esa melodía cerca de él. Se asoma aterrorizado debajo de la cama y ahí estaba ella… 


Al día siguiente, la hija de Carlos llega al piso pero nadie abre.

 - ¡Papá!... Holaaa… ¿Papá?... ¡Soy yo!... ¿Estás ahí?...


Relato finalista júnior 

Había una vez, un niño, de pelo castaño y ojos ligeramente almendrados, alegre y risueño. Vivía con sus dos hermanas mayores, las cuales se ocupaban de la casa y con su fiel e inseparable perro Cosmer.

 Un día, como cualquier otro, se despidió de sus hermanas, cogió su cartera y se fue de camino al colegio sobre el viejo burro de la familia y Cosmer, fueron por un camino estrecho, rocoso y desolado. Fue bajando la montaña y, al ver que aún era temprano, se bajó del burro y empezó a jugar con Cosmer, pero al percatarse de que la niebla era cada vez más espesa e impenetrable rápidamente fue a montar al burro, pero su sorpresa fue mayor al no ver al animal, desesperado, lo llamó a todo pulmón, pero al ser el silencio su única respuesta no le quedó más remedio que ir al colegio andando, aun a sabiendas de que con semejante niebla era fácil perderse. 

Ya llevaba casi una hora caminando junto a su fiel amigo cuando se dio cuenta de que ya había llegado al pueblo. Animado lo cruzo hasta llegar al colegio y al entrar a clases todo fue normal. Poco después encontraron al burro descuartizado y colgado de un roble con marcas de mordedura y garras de perro.

 Actualmente nadie sabe que fue de la familia puesto que no se la volvió a ver, ni a Cosmer tampoco. 

Relato ganador sénior

                                   MI ETERNA AMIGA 

Al día siguiente volvió a encontrarlo en el mismo lugar, su nombre seguía allí.

 Marina salió del trabajo, no había amanecido. No se puso el cinturón, nunca lo hacía. Solo eran tres km, ¿qué podía pasarle?

 Una espesa niebla y un animal en la carretera...no controló el coche. 

Cuando despertó, tenía algunas heridas y el cuerpo dolorido:

 - Necesito buscar ayuda. ¡Mierda, el teléfono sin batería! 

Caminó unos metros y encontró a alguien:

 - ¿Perdone, puede ayudarme? He tenido un accidente y mi teléfono está KO. ¿Violeta?, ¿eres tú? Hace años que no sé de ti. ¡Qué suerte encontrarte ahora! 

- Hola Marina, me hubiera gustado verte en otras circunstancias. Vamos a mi casa, te ayudaré. 

Violeta llevó a Marina a un cementerio cercano. 

- ¿Qué hacemos aquí? Sólo necesito un teléfono. 

- Esta es mi casa. 

- No bromees, me estás asustando. 

Marina leyó la inscripción de la lápida que estaba frente a sus narices:

 - VIOLETA LUPIN, pero… 

- Lo siento Marina, este también será tu hogar para el resto de tu vida, perdona, para el resto de tu muerte. Mira la lápida al lado de la mía. 

- ¡MARINA SAMPERE! ¿Cómo? ¡No puede ser! 

Marina corrió hasta su coche. Allí estaba ella, bueno… su cuerpo. Un médico a su lado comentó:

 - ¡La hemos perdido! 

- Estoy aquí, ¿No me veis? 

No, no la veían, solo veían su cuerpo sin vida. 

Al amanecer, allí estaba Marina, en el cementerio, y la lápida con su nombre. 

Al lado de su amiga para toda la eternidad.

Relato finalista sénior

Al día siguiente volvió a encontrarlos en el mismo lugar. Los latidos del corazón le retumbaban en los oídos. Daba la impresión estar bien cuidados, pero el paso de los años en aquel desván había hecho mella en el material de aquellos zapatos y sus marcados pliegues confirmaban un uso prolongado. Lucía agachó la cabeza y dejó caer tras de sí la puerta que daba acceso al desván. Descendió por las escaleras y las apoyó en una de las paredes del pasillo. La parte superior de la casa tenía buena pinta. Aunque de momento tenía suficiente con la planta inferior, quizás en un futuro podría adecentarla un poco y utilizarla como sala de estar desde donde observar por la buhardilla las montañas en la distancia. Además, el suelo y paredes de madera le daban un ambiente acogedor.

 A las afueras de la ciudad las noches eran silenciosas. Sí que es verdad que el barrio tenía bastantes años, pero la población que inicialmente habitó la zona había ido envejeciendo y muchos de los herederos de aquellas viviendas habían hecho su vida en otros lugares y estaban optando por la venta de los domicilios. 

De pronto, volvieron los golpes, como pasos en el desván. Podía sentir perfectamente los latidos de su corazón. Intentó calmarse y controlar la respiración. Caminó en dirección a la puerta del desván, colocó la escalera, subió los peldaños, levantó el portón y volvió a encontrarlos en el mismo lugar, solitarios, envejecidos, inmóviles.


ENHORABUENA A TODOS Y TODAS, QUE LOS DISFRUTÉIS, PORQUE LOS QUE GANAMOS SIEMPRE SOMOS LOS LECTORES. 


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